En
el Egipto de los faraones, la palabra música se usaba como sinónimo de alegría
y su símbolo era un capullo de flor de loto. En su panteón de dioses Osiris,
protector de los muertos, ostenta el título de Señor del Sistro, instrumento que acompañaba sus ceremonias y
ritos. Los frescos en el interior de las pirámides y otros monumentos muestran
una enorme cantidad de instrumentos de música usados en la época y aún así, se
ignora todo sobre sus melodías y ritmos.
Es imposible
definir un género musical pero gracias a las pinturas de las tumbas reales de la
Dinastía XII podemos tener una idea de los agrupamientos instrumentales:
arpista, un músico tocando el laúd, y otro con un aulos. Se sabe también que el sistro era un
instrumento usado por las sacerdotisas para ritos esotéricos.
Instrumentos: Sistros, chirimías simples y dobles, tambores y tamboriles,
guitarras, liras, aulos (oboe doble), arpas, crótalos.
Se sabe que la música
tenía diversos fines: Para solemnidad al culto, en las procesiones o funerales
fastuosos, coronaciones, victorias y
festines siendo asociada a la danza, la poesía y la mímica. El pueblo cantaba
para trabajar.
Se admite su
influencia sobre la cultura musical griega y la existencia de indicios sobre
instrumentos conservados, también el hallazgo de bajorrelieves en templos religiosos.
Se deduce que los egipcios poseían instrumentos de cuerda, viento y percusión,
ya que se encontraron en algunas tumbas faraónicas figuras de flautas, etc.
Empleaban el
movimiento de la mano (quirononía) y
como notación musical jeroglíficos y
signos que indicaban la dirección y magnitud de la melodía, para indicar la ondulación melódica, se marcó el ritmo con
palmadas, sistros, crótalos, carracas, platillos y tambores. La música se la
asignaba con una doble posibilidad. Por un lado la capacidad de motivar en el
hombre una sensación (de gozo, alegría) y por el otro, al de crear sensaciones
de naturaleza mística y mágica.
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